No siempre damos importancia al desarrollo de la autonomía en la infancia.
Con frecuencia recibimos casos de niños que, a una edad ya avanzada, dependen en gran medida de los adultos para llevar a cabo la mayoría de actividades de su día a día (como ponerse los zapatos, el abrigo o la mochila).
Son aquellas habilidades que se necesitan para llevar a cabo las actividades más cotidianas del día a día incluyendo:
Para realizar las actividades que hemos mencionado los niños requieren asistencia, ayuda, apoyo o supervisión por parte de los padres/profesores (según la edad), hasta que por si mismos van desarrollando la independencia esperada por su desarrollo.
Estas habilidades de autonomía (o habilidades funcionales) les permiten asumir retos y responsabilidades presentes en el día a día. Son la base para el desarrollo de capacidades superiores (como la resolución de problemas o la planificación, entre otras).
Hay muchas maneras de apoyar y favorecer este desarrollo, fomentando la independencia de los niños, su sentido de autocompetencia y fortaleciendo su autoestima.
De manera habitual emplearemos juegos, usaremos apoyos visuales, check-list y otras herramientas para que vayan incorporando en sus rutinas ciertas responsabilidades (en la parte II del post se desarrollan algunas de estas herramientas, puedes acceder AQUÍ).
Es conveniente que los adultos sepamos a partir de qué momentos podemos favorecer su independencia, y qué habilidades podemos solicitar según la edad.
*Más aún si existe una prematuriedad, una condición neurológica o algún trastorno del neurodesarrollo.
Siempre tendremos en cuenta que un niño no es igual que otro de su misma edad. No debemos comparar y es fundamental respetar los ritmos individuales de desarrollo y aprendizaje.
La ayuda y el acompañamiento que proporciona el adulto debe ir desapareciendo gradualmente.
Aunque al inicio del aprendizaje tardemos menos si lo hacemos nosotros mismos, es imprescindible proporcionar la oportunidad de participar en sus rutinas del día a día.
Sólo a través de la práctica mejorarán sus habilidades.
Un@ terapeuta ocupacional podrá valorar si existen limitaciones en la participación y asesorar en adaptaciones, modificaciones de la actividad o adaptaciones del entorno que promuevan su independencia.
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