Hasta hace no mucho el Sistema Nervioso se había considerado inmodificable, sin embargo hoy se acepta que existe un potencial de recuperación de las lesiones cerebrales (neuroplasticidad) que puede ser promovido mediante diferentes estrategias con el objetivo de lograr la máxima recuperación.
De la interacción entre la persona, la tarea y el entorno surge el movimiento, que a su vez es regulado por el Sistema Nervioso (desde la médula espinal hasta la corteza cerebral). Las neuronas transmiten información que llega hasta los músculos para producir el movimiento.
Todas las personas necesitan el movimiento para llevar a cabo actividades y desenvolverse en el entorno: desde el momento en que nos incorporamos cuando suena el despertador, nos ponemos las zapatillas de estar en casa, nos dirigimos a la ducha, nos desvestimos, abrimos el grifo…
Pero ¿cómo hemos aprendido a llevar a cabo esa secuencia de movimientos de manera correcta?, y cuando el movimiento forma parte de la profesión ¿cómo se aprende a realizar movimientos perfectos? (como bailarines, gimnastas, deportistas…)
Existen unos mecanismos reguladores y supervisores que nos ayudan en este aprendizaje, perfeccionamiento y modificación de nuestro movimiento que comprenden el control motor (distintos modelos y teorías que tratan de explicarlo).
Y ¿Qué factores intervienen en el aprendizaje motor? ¿Los controla el terapeuta? ¿La persona? ¿Se pueden facilitar? A continuación enumeramos los factores más relevantes:
En los casos en que la práctica física no es posible cada vez aparece con más fuerza el concepto de práctica mental como estrategia efectiva para estimular el aprendizaje.
No podemos olvidar la importancia de las pautas verbales que ofrece el terapeuta, pueden ser un agente facilitador del aprendizaje y consiguen que la persona que centre su atención en determinados objetivos.
También son muy importantes las habilidades cognitivas preservadas de la persona para la comprensión del objetivo de la tarea, los movimientos a realizar…
Para concluir os expongo el caso de B:
B sufrió un ictus, y a consecuencia su movimiento con el brazo izquierdo no es como antes. Se siente torpe, derrama objetos… Para ayudarle a reorganizar su movimiento, comenzamos por trabajar alcances con ese brazo:
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Bibliografía empleada (y recomendada para profundizar):
Cano de la Cuerda R, Collado Vazquez S. Neurorrehabilitación: Métodos específicos de valoración y tratamiento. Madrid: Panamericana;2012.
Polonio B, Romero D. Terapia Ocupacional aplicada al Daño Cerebral Aquirido. Madrid: Panamericana;2010.
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Enhorabuena y felicidades por el blog!!!,tiene una pinta estupenda!.Me ha gustado mucho como has resumido de forma clara y precisa todos los fatores que debemos tener en cuenta,como terapeutas ocupacionales,en el reaprendizaje motor.Genial poner un ejemplo para entender mejor la teoria.
un besito muy fuerte!
Gracias Inés por tus palabras 😉 me alegro de que te guste. He intentado complementar la teoría (a veces un poco intangible) con la puesta en práctica a través del caso. Seguro que tu puedes aportarnos otros ejemplos, encantada de leerte!